martes, 15 de febrero de 2022

Ser pocos no resta derechos

 

En este primer módulo del curso sobre igualdad de trato y no discriminación, me gustaría reflexionar sobre un tipo de discriminación indirecta, como es la discriminación por lugar de residencia. En los últimos años por fin parece haber adquirido relevancia nacional el problema de la “España vaciada”, que provoca que determinados territorios, dada la menor densidad de población que presentan, vean perjudicados sus derechos de acceso a servicios básicos como puede ser la sanidad.

En el caso que yo conozco, los pacientes sorianos que necesitan acceso a sesiones de radioterapia se ven obligados a trasladarse diariamente a otras provincias, al no estar disponible este tipo de terapia en el Hospital de Soria. El artículo “Enfermar de cáncer en la provincia equivocada” del Diario de Castilla y León ( https://diariodecastillayleon.elmundo.es/articulo/castilla-y-leon/enfermar-cancer-provincia-equivocada/20211226200606038742.html ) cuenta las historias personales de varios pacientes que se ven obligados a viajar a otras provincias cada día durante meses en ambulancias que a veces ni siquiera cuentan con calefacción, realizando recorridos interminables para recoger a varios pacientes antes del desplazamiento, y teniendo que esperar una vez recibido el tratamiento a que todos los pacientes transportados terminen el suyo para poder regresar a casa.

 

“Cuando Conchita se montaba en la ambulancia, lo primero que hacía era preguntar ¿funciona hoy la calefacción? Así sabía si tenía que quedarse con el abrigo y la bufanda puesta o el viaje sería algo más agradable, dentro del vía crucis habitual en cada una de las 33 jornadas en las que, para recibir el tratamiento para su cáncer de boca, no le servía salir de casa coger el bus o el coche y plantarse en unos minutos en el hospital. 

Cada mañana temprano pasaban a recogerla, pero lejos de ser un acto de comodidad, le esperaba una desapacible ambulancia que compartía con otros pacientes –no siempre los mismos, pese a la pandemia–. Y la ruta para recoger a cada uno duplicaba la duración de un trayecto común hasta Burgos. "Cuatro horas en carretera, ida y vuelta, para un tratamiento de cinco o diez minutos"

 

Para mí, estamos ante un ejemplo claro de discriminación, ya que el hecho de residir en un territorio menos poblado no debería en ningún caso menguar la accesibilidad a un derecho básico como es la protección de la salud.  Probablemente sea inviable que absolutamente todas las terapias se proporcionen en todos los hospitales, pero considero que sí debería garantizarse el acceso a aquellas que, por desgracia, son necesarias para un elevado número de pacientes. Quizás a través de la legislación deberían garantizarse una serie de “servicios mínimos” a los que todo enfermo debería tener acceso sin necesidad de aguantar estas penosas condiciones. Que en un territorio residan una menor cantidad de personas no debería significar tener menos derechos.


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